Una meditación de cuaresma
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Gustave Doré 1832 – 1883 |
Estamos en la temporada de Cuaresma, y la lectura del día es Mateo 4:1-11. Y el texto, si no sufro de una severa eiségesis virósica, está repleto de ironías. No pretendo hablar aquí de lo que el texto enseña, sino de lo que llamó mi atención tras entender la sustancia del pasaje o, al menos, parte de ella.
Puede parecer inapropiado hablar de humor y de risa justo en medio de la Cuaresma. ¿Qué tiene que ver la ironía con la severa tentación del segundo Adán? GK Chesterton dijo cierta vez que “El humor puede colarse por debajo de la puerta mientras la gravedad todavía anda a tientas buscando el picaporte”. Y eso es lo que me pasó al leer el texto de San Mateo. Recién había terminado de leer y, cuando estaba por cerrar mi Biblia, vi lo que, entonces, me pareció un chiste, y me di cuenta de que eran varios y no solo uno. Eclesiastés 3 dice que hay un tiempo para reír, y uno para llorar; a veces estos dos van de la mano ( Isaías 40:18-20; 41:5-7; 44:9-20).
Lo resumiré en tres breves puntos:
1. Jesús le dijo a Satanás que "no solo de pan viviría el hombre, sino de la palabra de Dios". Acto seguido, el diablo procede a darle dos grandes tajadas de pan del Salmo 91, un salmo muy adecuado para enfrentar a un diablo en el desierto. No solo le da pan, sino que le da un pan muy sabroso a un hombre cuyo vientre rugía como el de un león buscando qué devorar. Dicen que el hambre es la mejor salsa, y Jesús tenía hambre de Padre y de su Palabra.
2. Luego Satanás tienta a Jesús a lanzarse del pináculo del templo, y lo desafía diciéndole: "Dios te encomendará a sus ángeles" y "te llevarán para no tropezar en piedra". ¿Y qué hace Lucifer acto seguido? Le lleva a la altura de un monte muy alto. ¿Tan ciego es el pobre diablo? Él no solo le lleva a una montaña alta (una montaña es un montón de piedras...), y por lo visto no hay menciones de tropiezos en piedras o algo por el estilo. Satanás cae en su propia trampa. Dios lo prende en su pseudo-astucia demoníaca.
3. No solo eso, sino que al final del pasaje, cuando Jesús le dice que solo a Dios debía adorar y servir, Satanás se va y lo deja en paz. ¿No es eso una prueba de la deidad del hombre a quien él mismo se negó a adorar?
1. Jesús le dijo a Satanás que "no solo de pan viviría el hombre, sino de la palabra de Dios". Acto seguido, el diablo procede a darle dos grandes tajadas de pan del Salmo 91, un salmo muy adecuado para enfrentar a un diablo en el desierto. No solo le da pan, sino que le da un pan muy sabroso a un hombre cuyo vientre rugía como el de un león buscando qué devorar. Dicen que el hambre es la mejor salsa, y Jesús tenía hambre de Padre y de su Palabra.
2. Luego Satanás tienta a Jesús a lanzarse del pináculo del templo, y lo desafía diciéndole: "Dios te encomendará a sus ángeles" y "te llevarán para no tropezar en piedra". ¿Y qué hace Lucifer acto seguido? Le lleva a la altura de un monte muy alto. ¿Tan ciego es el pobre diablo? Él no solo le lleva a una montaña alta (una montaña es un montón de piedras...), y por lo visto no hay menciones de tropiezos en piedras o algo por el estilo. Satanás cae en su propia trampa. Dios lo prende en su pseudo-astucia demoníaca.
3. No solo eso, sino que al final del pasaje, cuando Jesús le dice que solo a Dios debía adorar y servir, Satanás se va y lo deja en paz. ¿No es eso una prueba de la deidad del hombre a quien él mismo se negó a adorar?
Qué gran favor le hizo al huir de esa manera. Enseguida, dice Mateo, vinieron los ángeles y sirvieron a su humilde Dios, sediento y hambriento (v11).
Satanás apetece de la adoración que solo pertenece a Dios, y es obvio que, como dije arriba, es una criatura demasiado pobre en fuerza y sabiduría como para ser tenida en tal estima. Cuanto mucho nos saca alguna risa mezclada con lástima. En aquellas famosas tentaciones ha demostrado, no una gran astucia para tentar, sino una gran capacidad para caer en su propio lazo. Ha mostrado ser un completo idiota, y un ser superbo. También ha demostrado ser un pésimo pescador, a juzgar por sus carnadas. Porque, ¿quién diablos usaría de carnada la gloria de los reinos del mundo, para tentar a uno que "no estimó el ser igual a Dios como algo a que aferrarse", sino que se despojó de sus propios bienes para venir y adquirir con ellos un montón de polvo y ceniza (Gen. 18:27; Job 30:19)?
Satanás apetece de la adoración que solo pertenece a Dios, y es obvio que, como dije arriba, es una criatura demasiado pobre en fuerza y sabiduría como para ser tenida en tal estima. Cuanto mucho nos saca alguna risa mezclada con lástima. En aquellas famosas tentaciones ha demostrado, no una gran astucia para tentar, sino una gran capacidad para caer en su propio lazo. Ha mostrado ser un completo idiota, y un ser superbo. También ha demostrado ser un pésimo pescador, a juzgar por sus carnadas. Porque, ¿quién diablos usaría de carnada la gloria de los reinos del mundo, para tentar a uno que "no estimó el ser igual a Dios como algo a que aferrarse", sino que se despojó de sus propios bienes para venir y adquirir con ellos un montón de polvo y ceniza (Gen. 18:27; Job 30:19)?
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