El siguiente poema trata sobre la Verdad, la Bondad y la Belleza, frente a la presente condición humana, miserable y pobre.

 

San Agustín . 1650. Felipe de Champaigne. Museo de Arte del Condado de Los Ángeles


¿Hubiera el cielo vestido las flores
Con tal belleza y adorno,
Si no fuera correcto a nuestros ojos
Dejarse enamorar por sus colores? 

¿Les habría dotado de una fragancia
Tan dulce, que tan libremente fluyera
En nuestra báquica nariz, si no fuera
El dejarse conmover una ganancia?

Oh, querido espíritu suprasensible,
Que te ves azaetado de vivaces amores
En tu propia y carnecina morada, tan pobre,
Que el mundo, tan sólido, te es invisible.

Amor, sin deseos de despejar mis ansias
De saber qué eres, en este espejo mudable
De mi mirada; dime, amor, ¿Qué cosa eres?
Que risible es ya, en tu imagen, la ignorancia.

Así me ves: una llaga de escarlata revestida.
Soy tu imagen, ciega a lo que'stá delante
De sus ojos, tan cercano y tan distante,
Como toda verdad, en su obviedad escondida.


Comentarios

Entradas populares