Nel mezzo del cammin di nostra vita...
Un 25 de Marzo (día de la encarnación del Señor) del año 1300, en primavera, Dante se encontraba en el inicio de un viaje que, como sabemos, culminaría en el Paraíso. El poeta metería, al fin, su cabeza en el cielo. Es con motivo de esta fecha que escribí los siguientes tercetos, rememorando mi dulce encuentro con la poesía. Gracias a Dios, este bendito encuentro se dió antes de que mi cabeza explotara, como decía GK Chesterton en Ortodoxia. ¡Feliz día de la Encarnación de nuestro Dios!
Oh, Señor, oye Tú lo que mi alma padecía.
Pues sabes que despreciaba yo los versos,
Que en mi primera juventud apetecía.
La razón, entonces, calandome los huesos,
Todo rastro de belleza erradicaba,
Por haberla amado yo con mi excesos.
Mi alma, en definiciones, dura se pensaba,
Tan borracha de ingeniería teológica
De alto octanaje, como tal ella deseaba.
Si la columna de la carne es la lógica,
Del cuerpo, la belleza es la poesía;
De Dios ambas en igualdad ontológica.
El Verbo se hizo carne, no parecía...
Y "Satanás cual rayo cayó del cielo",
Describió Jesús, que de precisión no carecía.
Tu Palabra, Padre, es el modelo,
Infalible y digno de imitar en género,
Lenguaje y símbolos del mismo cielo.
Fue siguiendo de un poeta el pie certero,
Que en paraíso he metido mi cabeza,
Y a mi alma, enamorando por entero,
Redimió de intelectual esquizofrenia.
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