El Decálogo

 

"Estas leyes tuyas han sido la canción de mi vida en todos estos años de mi peregrinaje".
- Salmo 119:54 NBV


Esta es una adaptación del texto de William Helder, de 1979. He dividido el texto en estrofas de cuatro versos, hecho que rimen, y recortado o añadido sílabas para adecuar los versos a la métrica del Salmo noveno, según el salterio ginebrino. La idea es sencilla, y es la de enseñar a mi hijo a cantar y memorizar el decálogo, que debe ser un cántico para el hombre piadoso. Puede que necesite algunos retoques aquí y allá a fin de ser más fiel al texto bíblico, pero el espíritu está allí, y no soy un poeta de profesión. Busque la melodía e intente cantarlo, y le aseguro que hallará provecho para su alma.

Soli Deo Gloria.


Prefacio

Escucha cómo en Sinaí,
Con ellos hizo pacto allí,
El Señor habló a su pueblo;
Su voz resonó desde el trueno.

I Soy el Señor, tu Salvador,
Que de esclavo te liberó,
Te sacó de Egipto la tierra,
No adorarás a otro cualquiera.

II No te postrarás ante él,
Yo el celoso Dios de Israel,
hiero de impíos la descendencia,
Bendigo a mil por tu obediencia.

III "Invoquen a Dios con temor,
No tomarán su Nombre en vano,
Pues no ha de absolver al hombre
Que profane su santo Nombre.

IV El sábado has de guardar;
Tu y tu casa han de descansar,
Trabajarás sólo seis días,
Pues consagre el séptimo día.

V A padre y madre has de honrar;
Así tus días prolongarás,
Y serás bendito en la tierra
Que Jehova Dios te dió en herencia.

VI-IX No matarás ni odiarás
Al prójimo, y no adulterarás.
No has de robar, ni hablar mentiras,
La verdad ha de ser tu guía.

X Lo ajeno no codiciarás,
A tu vecino respetarás,
Su esposa, su casa y sus bienes
Honrarás cual si tuyos fueren.

Posfacio

Señor, tu ley nos enseñará
A ver nuestra propia maldad;
Que librados de esta miseria
Vivamos para ti en la tierra.