Don Hilario
"Podemos perdonar fácilmente a un niño que le teme a la oscuridad; la verdadera tragedia de la vida es cuando los hombres le tienen miedo a la luz". - Platón Don Hilario se levantó temprano aquella mañana de mayo, como era su costumbre. Como hombre de campo, curtido por el sol y por la helada, salió del rancho siendo aún de muy noche, para ensillar el caballo —que era un matungo vaquiano y ligero como un Ñandú— y así comenzar tempranito con sus labores. —Vamo' pa'juera pistola —dijo Hilario a su perro ovejero, quien de un salto obedeció a su amo. Y ambos, hombre y animal, se alistaron para salir a la oscuridad del campo. La noche en cuestión era tranquila, "una má' del montón" —como él solía decir —; una de esas hechas de mate, humo y tapera, que tantas alegrías daban a la paisanada en el campo. A mitad de camino entre el molino y el gallinero, Don Hilario escuchó unos ruidos que no le gustaron nada, por lo que decidió volver a buscar el farol y la ...